En la última década la sociedad ha sufrido una seria de transformaciones producto de la llegada de la globalización. Esta tiene sus rasgos más característicos en el desarrollo científico y tecnológico, y en la mundialización de las economías. El proceso de mundialización presenta características como la transnacionalización de la economía, la valorización mundial del capital, las decisiones sobre una perspectiva global y por ultimo la creación de un mercado mundial. La transnacionalización de la economía es un elemento que tiene al menos dos instancias en los que opera, por un lado apela a una localización mundial óptima la que se asocia a la dinámica de existencia de una empresa transnacional. Así se instalaran o desaparecerán en función de los intereses de los grupos económicos que la compongan, y no de el país al que pertenece o en el que actúe. Por otro lado, se relaciona con la expansión mundial del capital productivo, en otras palabras la producción se realiza en diferentes puntos del mundo, sin importar el lugar de origen del capital y ni el mercado de destino al que van dirigidas las mercancías productivas. La valorización mundial del capital se trata de que hay regular el tiempo de trabajo socialmente necesario para regular el valor de las mercancías producidas se establece a escala mundial, no nacional. Esto significa. Que el grado de competividad de una empresa no dependerá de las condiciones de producción que posee el país en el cual se desarrolle la actividad productiva, si no que se fijara a partir de un patrón de comparación mundial con otras empresas de rubros semejantes. Las decisiones sobre una perspectiva global tiene relación con tomar decisiones sobre un ámbito mundial. Esto se traduce en que las decisiones de producción, inversión, utilización tecnológica, entre otras, deben considerar las medidas y el desarrollo que en el resto de las empresas del mundo han operado.
La creación de un mercado mundial aparece cuando la globalización se ha configurado a partir de una producción, distribución y consumo de bienes y servicios, dichas actividades son organizadas sobre bases mundiales. Por esto mismo, la globalización ha significado un quiebre con los mercados nacionales, ya que estos se abren al contexto mundial y se ven en la obligación de desarrollar estrategias que obedezcan a lógicas globales. Dicho quiebre no es solamente económico, si no que también político y cultural, ya que rompen con el estado nación que se conocía hasta entonces fundándose en la dificultad para identificar una sola territorialidad en razón de las numerosas interrelaciones e integraciones. Es la política de economías abiertas la que manifiesta en la rebaja paulatina, pero acelerada de aranceles. Las que tienden a la conformación de un mercado mundial.
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